Vamos a aparentar... ¿no es lo que hace tanta gente hoy en día? Al chico que tantos problemas ha causado, vamos a ponerlo del perfecto príncipe azul, de ese que se baja de un blanco corcel para sacarte de la rutina. Y ese caballo... que sea un autobús destartalado, de esos que chirrían a su paso y que todo el mundo odia. Pero chssst... no lo digas muy alto, que si no se habla, no se sabe. A esa chica que pisando a todas las demás solo para sentirse superior, a esa que va ascendiendo por la escala social sin importarle a quién deje atrás... a esa la coronaremos de princesa, ¡o aún mejor, de reina! La vestiremos con trajes de la seda más cara, le pondremos la tiara de las piedras preciosas más caras que encontremos... y nos olvidaremos de todas aquellas personas a las que machacó para llegar ahí. Porque aquí estamos, en una sociedad donde el que más trabaja, se queda abajo, y el que se aprovecha, sube escalones. En una sociedad donde un "estás buena" es gritado por las calles, y donde los "te quiero" sinceros solo son dichos por los más temerarios, o de los que van acompañados de alguna bebida alcohólica y disfrazados con el humo del cigarrillo que enciendes durante la madrugada cuando no sabes qué pensar.
Pero, cariño, dime qué más se puede pedir en una sociedad donde el que aparenta vale más que el que de verdad es.
Momentos de Papel
Simplemente otro lugar en el mundo. ¿La diferencia? Esto gira alrededor de las palabras.
jueves, 28 de julio de 2016
jueves, 25 de junio de 2015
Querida yo del futuro:
¿Recuerdas cuánto solía gustarme reír como una loca hasta acabar exhausta? Estoy segura de que sí. Pues no lo pierdas. Pese al estrés, a los malos tragos y peores momentos, encuentra tiempo para reír como yo hago a día de hoy.
¿Recuerdas cuánto solía gustarme jugar a todos esos videojuegos? Sigue haciéndolo. No dejes que comentarios absurdos y sin sentido te hagan dejar una de tus pasiones. Encuentra el momento, disfruto como yo lo hago hoy en día, porque no tiene precio hacer lo que realmente te gusta sin miedo de que te digan algo.
¿Recuerdas a aquellas personas que te dieron los mejores momentos de tu vida? La familia, que te apoya incondicionalmente, seas lo que seas, hagas lo que hagas- Y los amigos. Esos amigos que tenías cuando eras una adolescente sin demasiadas preocupaciones. Esos amigos que te sujetaban cada vez que llorabas, que estaban a tu lado cada día, y espero que cuando vuelvas a leer esto, al menos alguno siga por ahí, porque la sola posibilidad de perderlos es algo que duele demasiado.
¿Recuerdas cuánto solía gustarme escribir? Seguramente. Pues, por favor, coge ahora mismo lápiz y papel, y escríbele una carta a tu yo pasada, a la misma que te escribió esto, para ayudarte a salir adelante sea lo que sea que estés pasando ahora mismo. Saca el sentimiento que has dejado de lado, vuelve a disfrutar trazando palabras en un cuaderno, vuelve a sonreír y a llorar al ver los textos que escribiste con tanta anterioridad.
Pero, sobre todo, disfruta tanto como yo he disfrutado escribiéndote esto.
miércoles, 13 de mayo de 2015
One day we will be remembered.
Ven, acompáñame. Sígueme, corre por la playa detrás mía. Chócate contra mí cuando me pare con inusitada brusquedad y caigamos juntos rodando por el suelo. Sentémonos en la arena durante largo rato, sin hablar de nada, pero contándonos todo. Hazme creer en la eternidad de un segundo y en la fugacidad de toda una vida. Demuéstrame que la confianza que perdí en los demás la puedo recuperar a tu lado.
Levantémonos cogidos de la mano y sonríamos. Desafiemos al futuro que nos pondrá obstáculos para separarnos, aferrémonos el uno al otro con desesperación y gritemos, pidiendo larga vida a todos los momentos vividos juntos, pidiendo deshacernos del miedo para enfrentarnos a aquellos que alguna vez trataron de destruirnos.
Emborrachémonos en los recuerdos que nosotros mismos nos hemos encargado de producir y sonriamos por las risas que quedaron ahogadas bajo en todas aquellas tardes de verano. Agradezcamos cada segundo al lado del otro, cada momento vivido y hecho para disfrutar.
Brindemos por la amistad que hemos establecido, por muchos años así, por el camino que hemos arrasado para llegar a ser lo que somos hoy en día, sin tener que llegar a cambiar un solo ápice de nuestra personalidad. Brindemos por nuestra autenticidad, por nuestra capacidad de parar el tiempo cuando estamos juntos por el mero hecho de ser nosotros.
Y si el tiempo pasa y nos alejamos, recuérdame. Piensa en mí como la chica por la que esbozaste mil sonrisas, por la que reíste un millón de veces y a la que abrazaste cuando vuestros mundos parecían derrumbarse. Recuérdame en esta turbia época llamada adolescente como la chica que daría el resto de su futuro para poder seguir pasándolo a tu lado.
Simplemente, piensa en mí como la chica que siempre tendrá un hueco vacante en su corazón para acogerte si lo necesitas a lo largo de los años.
Brindemos por la amistad que hemos establecido, por muchos años así, por el camino que hemos arrasado para llegar a ser lo que somos hoy en día, sin tener que llegar a cambiar un solo ápice de nuestra personalidad. Brindemos por nuestra autenticidad, por nuestra capacidad de parar el tiempo cuando estamos juntos por el mero hecho de ser nosotros.
Y si el tiempo pasa y nos alejamos, recuérdame. Piensa en mí como la chica por la que esbozaste mil sonrisas, por la que reíste un millón de veces y a la que abrazaste cuando vuestros mundos parecían derrumbarse. Recuérdame en esta turbia época llamada adolescente como la chica que daría el resto de su futuro para poder seguir pasándolo a tu lado.
Simplemente, piensa en mí como la chica que siempre tendrá un hueco vacante en su corazón para acogerte si lo necesitas a lo largo de los años.
viernes, 23 de enero de 2015
Buscabas una princesita y me encontraste a mí.
“Probablemente no sea tu
problema, ni siquiera el mío. Probablemente sea que, simplemente, ambos pedimos
demasiado en poco tiempo. Quizás yo busqué en ti a un príncipe azul que decidió
volverse un desgraciado caballero, y quizás tú buscaste en mí a una princesita
vestida con tules que cambió su falda y su corona por unos vaqueros y una
trenza suelta. Quizás ambos buscamos en el otro la perfección que ninguno de
los dos encontrábamos en nosotros mismos o, quizás, simplemente, nos cansamos
de aguantar esta tirante cuerda.
O, a lo
mejor, todo fue un mero guiño del destino que intentamos prolongar hasta el
inevitable final.”
lunes, 20 de octubre de 2014
Siendo tú.
Y entonces entiendes que no quieres ser
una más, que no quieres pasar a formar parte de una sociedad tan
extremadamente estereotipada como lo es el mundo donde vivimos. Te
das cuenta de que no quieres estar en un grupo por tu físico ni por
cómo tengas que fingir ser. Quieres ser quien a ti te dé la gana
sin que nadie te critique sabiendo que, si lo hacen, te dará igual.
Si se ríen de ti por no llevar esas camisetas cortas, por no
maquillarte, por ser una persona que prefiere la calidad a la
cantidad, entonces, dales la razón. Sonríe y levanta la cabeza,
déjales ver que te da igual lo que piensen de ti. Eres como eres, y
no van a cambiarte, por el simple hecho de que sabes que hay gente
que te aprecia por tu forma de ser. Y si van a meterse con tus
amigos, por ser diferentes, ríete. Déjales saber que si se ríen de
ellos por no ser como la sociedad quiere, a ti te da igual. Que sepan
que te enorgulleces de no ser otra copia mal hecha, sino una
diferencia bien marcada y definida. Eres alguien con unos gustos
claros, que no se deja doblegar por las insistencias de personas
acostumbradas a la rutina estereotipada en la que la vida a menudo queda convertida la vida.
Así que, venga, alza la cabeza, saca pecho y siéntete orgullosa de ser quien eres, sin que nadie te menosprecie, sin ser más que nadie. Simplemente, siendo tú.
jueves, 16 de octubre de 2014
Recuerdos de verano.
Vale, que ya llevo un año con el blog, jo. Muchas gracias a todos mis lectores, sin vosotros esto no sería posible.
Siento haber estado desparecida durante más de dos meses, pero el verano da para mucho, y a partir de ahora intentaré ser más constante.
Y cuando las hojas empiezan a caer todo el mundo se acuerda de esas tardes veraniegas en las que los rayos de sol bañaban las pieles de cientos de personas en las playas abarrotadas por turistas y ciudadanos que, durante unas semanas, compartirán urbanizaciones y paseos. Todo el mundo recuerda la sensación de la sal seca en la piel, el viento secándote el pelo mojado por el agua de mar y las risas que se escuchan ahí.
Cuando las hojas se deslizan hacia el suelo, encajando en este como si de un rompecabezas se tratase, cuando el sol no tarda en desaparecer y ser sustituido por la luna, cuando las tardes se hacen cortas y las noches largas, todo el mundo echa de menos el ruido de las olas resonando en sus oídos una y otra vez, la brisa marina alborotando cabellos y las sonrisas blancas que contrastan con pieles morenas.
Cuando todo vuelve a la rutina, a un orden normal, cualquiera echa de menos aquellos desayunos convertidos en comidas, aquellas tardes alargadas hasta la noche, aquellas noches alargadas hasta las madrugadas y así sucesivamente. Se extraña la sensación refrescante del helado recorriendo tu boca, deshaciéndose en tus labios, recorriendo la garganta y aportando el frío y el azúcar necesarios para seguir con el frenético desorden en el que el verano queda convertido.
En definitiva, todo el mundo se ocupa tanto de extrañar al verano, que lo siguiente que harán, será extrañar al otoño.
Siento haber estado desparecida durante más de dos meses, pero el verano da para mucho, y a partir de ahora intentaré ser más constante.
Y cuando las hojas empiezan a caer todo el mundo se acuerda de esas tardes veraniegas en las que los rayos de sol bañaban las pieles de cientos de personas en las playas abarrotadas por turistas y ciudadanos que, durante unas semanas, compartirán urbanizaciones y paseos. Todo el mundo recuerda la sensación de la sal seca en la piel, el viento secándote el pelo mojado por el agua de mar y las risas que se escuchan ahí.
Cuando las hojas se deslizan hacia el suelo, encajando en este como si de un rompecabezas se tratase, cuando el sol no tarda en desaparecer y ser sustituido por la luna, cuando las tardes se hacen cortas y las noches largas, todo el mundo echa de menos el ruido de las olas resonando en sus oídos una y otra vez, la brisa marina alborotando cabellos y las sonrisas blancas que contrastan con pieles morenas.
Cuando todo vuelve a la rutina, a un orden normal, cualquiera echa de menos aquellos desayunos convertidos en comidas, aquellas tardes alargadas hasta la noche, aquellas noches alargadas hasta las madrugadas y así sucesivamente. Se extraña la sensación refrescante del helado recorriendo tu boca, deshaciéndose en tus labios, recorriendo la garganta y aportando el frío y el azúcar necesarios para seguir con el frenético desorden en el que el verano queda convertido.
En definitiva, todo el mundo se ocupa tanto de extrañar al verano, que lo siguiente que harán, será extrañar al otoño.
martes, 5 de agosto de 2014
Ella.
Ella, una chica de metro y medio de altura, con una sonrisa que doblaba su estatura, un corazón que doblaba su sonrisa y, lo más importante, una personalidad que superaba a todo lo anterior junto. Ella, con una melena castaña recogida en una larga coleta, con unos grandes ojos miel ocultos bajo unas gafas aún mayores, ella tenía ganas de comerse el mundo. A ojos de la costumbre, era ligeramente extraña. No le gustaba ir de compras, no le gustaba el rosa, odiaba los cotilleos. Le gustaba vestir camisetas holgadas de grupos que habían pasado a la historia años atrás, diferentes. No le gustaba salir con más gente de la estrictamente necesaria. No quedaba para probarse ropa o para hacerse sesiones de fotos. Al contrario, tenía una cita todos los días de verano con su consola. Una Play Station 3, con diferentes videojuegos y una compañía que no solía ser mayor que su hermano pequeño y, de vez en cuando, su mejor amigo. Lo había conocido hacía dos años siendo, al comienzo, unos compañeros de mesa que no se soportaban mutuamente. Con el tiempo, su relación fue a mejor, encontrando cosas que tenían en común. Todo empezó con un par de grupos en común, una saga... hasta llegar a una incondicional amistad, apoyándose mutuamente cuando lo necesitaban, sin fallarse nunca, discutiendo y acabando riéndose. Siendo inseparables. Pero, si venías aquí a buscar un tópico en el que los mejores amigos se enamoran y viven felizmente hasta el fin de sus días, podéis ignorar esto y buscar otra cosa. Quedáis avisados.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)